martes, 27 de enero de 2009

HINDUISMO







El sentido religioso de aquellas gentes les ha lanzado mientras milenios a realizaciones desbordantes tanto en edificios religiosos como en un fuerte misticismo individual. El hinduísmo, a lo contrario de otras religiones no ha tenido un fundador. Se ha ido formando en el curso de la historia, absorviendo y asimilando todos los modos religiosos y culturales de la India. No es pues una religión con un esquema cerrado más bien que como los grandes ríos de la India, se arrastra y cambia de curso.
Se hace dificil aclarar el hinduísmo a los occidentales debido a su complejidad y en ocasiones aparente contradicción. A primera vista el hinduísmo se presenta como una religión muy fácil. Posee templos magníficos, pero en el hinduísmo no existe ninguna clase de organización jerárquica, ninguna ceremonia expresamente mandada, ninguna revelación de Dios, ninguna doctrina obligatoria de fe. Resumiendo diríamos que el hinduísmo: carece de cánon (o libros sagrados referenciales), carece de dogmas, carece de uniformidad. Habría que dialogar con propiedad del hinduísmo no como una religión propiamente dicha, más bien de cientos de caminos diversos que poseen en común algunas opinancias básicas.
Asi pues la flexibilidad y la tolerancia hinduísta no tiene límites. La exuberancia hindú es uno de los aspectos que más dificultan un correcto conocimiento y valoración por parte de los cristianos occidentales, acostumbrados a esquemas lógicos y sencillos. A ello hay que agregar la terminología que empleamos en occidente para referirnos a sus manifestaciones religiosas que carece de sinónimos exactos, por lo que en ocasiones concebimos ideas erroneas sobre su experiencia religiosa.


LA DOCTRINA


La tolerancia es típica en el hinduísmo. Si hay una religión antidogmática es el hinduísmo. De hecho acepta pluralidad de caminos para conocer y alcanzar no tanto la fe en una divinidad más bien más bien para admitir un orden universal y cíclico que rige el mundo y la sociedad.
Más que una fe, el hinduísmo es una sabiduría. Una manera de vivir. Una religión social más que una fe religiosa. Un sinnumero de enfoques, caminos o religiones en las que entresacamos un tronco común: las doctrinas de la conquista de la liberación de la implacable rueda de las reencarnaciones.


DIOSES






3. Brahma
Es el “hacedor”, el “señor de las criaturas”, el “ordenador del mundo”, el “único más allá de los dioses”. Es el primer personaje de la “trimurti”. Representa el ser por excelencia en lo que todo existe. Es una especulación intelectual y por lo tanto no supone culto ni santuario popular.
Lo que se venera es “el poder de Brahma” (no a Brahma), personificada bajo la forma de “Saravasti” (la esposa de Brahma). De ahí que se le represente como una gran diosa (”Maha-Devi”) como la concentración de todos los aspectos femeninos: virgen, amante de su esposo, esposa fiel y madre. Es la hija, dueña y esposa de los dioses. Es el poder cósmico.




4. Visnú
Es la segunda manifestación de la “trimurti”. Resulta tan dificil de captar como Brahma. En su raíz “vis” significa penetrar. Es el que penetra (como el sol) y hace vivir. Visnú es el Dios del espacio. Un dios benévolo y encargado del universo. Es él quien mantiene cuanto existe (el “Gran Todo”).
Visnú es el vigilante de la ley del “Dharma” interviene periodicamente en forma de “avatares” para aniquilar los “asuras” maléficas y restaurar el orden en el mundo. En las epopeyas se llegan a contar 22 intervenciones (entre ellas en los héroes legendarios de Rama y Krisna).
Los seguidores de Vishnú (los visnuítas) son los más numerosos en la India. Los templos dedicados a Visnhú son incontables. Es el Dios que conserva el universo, el dios del amor. Los visnuítas se esfuerzan por llegar a la fusión con Brahma mediante la práctica del “bhakti” o entrega confiada y amorosa al dios conservador y providente. Lo más normal es adorar a Visnhú en alguna e las formas o figuras de las diversas encarnaciones con que se ha presentado a vivir entre los hombres en forma humana. Así muchos Hinduístas llevan el nombre de Rama.




5. Siva

Es el tercer personaje de la “trimurti”. A la vez engendrador y destructor, protector y justiciero. Es un dios dual: hace, actúa y dstruye sin fin. Es la contradicción que engentra a la vez la vida y la muerte.
La primera manifestación de Siva es el “linga” o falo (piedra cilíndrica que nace de una especie de vasija que representa la vulva). Pero el linga no es más que la representación material de la presencia del dios de la vida, del que engendra, una especie de soporte devoto.
La imagen más popular de Siva nos lo muestra danzando en medio de un círculo de llamas, aplastando a los demonios. Es “Nataraja”, el “señor de la danza”. Es el símbolo de la destrucción permanente del mundo, pero al mismo tiempo el símbolo de la liberación de las almas. El dios que por medio de la danza aplasta a los demonios de la ilusión que nos hacen apegarnos a la vida (la sed de vivir).
Siva es el dios ambiguo del tiempo. A través de él nos conduce a la muerte, pero además, a través de ella, a la liberación y a la bienaventuranza (la “ananda”).
Los seguidores de Shiva (Sivaítas) han representado la fuerza hacedora del dios a través de un buey llamado “Dandhu” o “Nandi”. Los sivaítas dan una mayor importancia a la espiritualidad y la meditación por encima de otros movimientos basados en devociones más exterioristas. Según ellos el camino de unión con Brahma se logra a base del triunfo personal sobre la ignorancia.
Más allá de las apariencias sexuales, el toro, animal favorito de los santuarios, y el linga, revelan que Siva es el dios del deseo, el dios de la ilsión de alcanzar a Brahma y fundirse con él (una especie de misticismo). El yoga lo entroniza como su dios.
Cada dios de la trimurti tiene numerosos avatares o manifestaciones y “diosas madres” que como esposas de Visnú y Siva enmarañan el variopinto panteón del hinduísmo. En él todo es plural, infinitamente plural. Tanta cantidad y tan variada manifestación de dioses proporciona además un culto complicado y una casta de servidores de este culto .

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